Si una mirada vale
Decía Alvin Toffler que el s.XX (históricamente acabado con la disolución de la URSS y la caída del Muro de Berlín en 1989), daría paso en verdad al s.XXI en el momento en que los ordenadores aprendieran a comunicarse entre sí.
En 2021, pese a los dos años que llevamos de pandemia y restricciones podemos decir que el pronostico de Toffler se ha cumplido plenamente. La red domina en todo el planeta y ha planteado cambios sustanciales en la forma de entender el Arte y su periferia. La conectividad de los diferentes agentes que componen el colectivo (artistas, galeristas, representantes, marchantes, museos…) es un hecho palpable que está marcando toda la actividad.
Mientras los responsables del planeta van dando saltos de rana entre virus y economía, los financieros y la Bolsa engordando sus beneficios, el fenómeno del acercamiento popular del mundo del Arte a través de internet, va ganando espacio a pasos de gigante.
En Kitte razonamos que dicha popularización del Arte y su entorno a través de las plataformas digitales conlleva un cierto distanciamiento de la relación interpersonal y cierta frialdad conceptual, tanto en la contemplación de las obras como de su meditación.
Por ello, periódicamente escribimos estos pequeños comentarios, que queremos sean diálogo con todos vosotros. Las letras, la composición literaria, dan calor a la actividad puramente comercial.
A punto de concluir el año, deseamos abundar en nuestro propósito, exponer diferentes argumentos y puntos de vista, para entablar una comunicación mayor con todos. 2022 será un año más amable si lo conseguimos.
Foto: “Candle apartment” by Pavel Vishnevsky