PAIN

PAIN es el tándem de la artista Elena Gallen y la fotógrafa Nerea López. Un proyecto experimental en el que creamos objetos cotidianos en pan, efímeros y biodegradables.

Podemos remontarnos hasta la época de la creación del Valle de los Reyes en el antiguo Egipto para encontrar las primeras escenas de elaboración de pan. El pan es la forma más básica de alimentación humana. Barata, accesible y aún inexplorada más allá de su uso culinario, en PAIN utilizamos la harina como material fundamental para crear muebles de diseño orgánico, objetos cotidianos y piezas escultóricas.

LA BELLEZA DE LO FUGAZ

«¿Por qué yo soy efímera, oh Zeus? dice la Belleza / Yo no hago bello, dice Zeus, más que lo efímero»

(Goethe, Las Estaciones)

El pan se convierte para nosotras en un territorio creativo exóticamente familiar, en el que experimentamos con la creación de objetos cotidianos de carácter escultórico efímeros y biodegradables en harina horneada que no dejan rastro en el medio ambiente. En ese sentido particular, la elección del material si parece remitirnos a los tiempos en la que la pieza ha sido creada y que sirve a su vez de metáfora de la generación nativo-digital: la pieza misma no es perdurable ni conservable en el tiempo, es creada y desechada, conservándose su recuerdo a través de las fotografías que tomamos de los objetos y que posteriormente, compartimos en nuestro perfil en redes sociales.

Nuestros objetos a menudo buscan un sorprendente contraste entre lo natural y lo artificial, pues rara vez vemos materia orgánica tomando la forma de objetos de producción industrial como pueden ser sillas, lámparas o mesas de diseño. Además de objetos cotidianos y disfuncionales que nos remiten al diseño de interiores y que tienen una correlación directa con el hogar y el día a día, buscando inspiración aquellos objetos que nos han estado acompañando durante estos últimos meses postpandémicos —en los que el hogar se ha convertido para nosotros, más que nunca, en refugio y patio de juegos—, y que hemos decidido reinterpretar con un cierto toque naturalista y surrealista. Por otra parte, también desarrollamos objetos escultóricos con un claro interés por las formas y la función estética que pueden adquirir las mismas.

La salida del proyecto —tanto por la naturaleza efímera del mismo como por el contexto histórico postpandemico en el que se ha desarrollado— ha sido la de la exposición a través de las redes sociales, en particular Instagram. En las redes sociales, sabemos que la inmediatez impera y el valor de las imágenes que vemos, en la mayoría de los casos, no tiene demasiado que ver con la obra en si sino a la forma en la que esta es compartida, es comunicada y es recibida por el público. Quien y como se comparten las fotografías y la impresión que causan en un primer vistazo, es tan notable y determinante en la fast-culture de hoy, como el proceso o el concepto que la subyace.

Es por tanto el valor de la imagen resultante y no la pieza en si, la que puede considerarse la obra misma. Con esto en mente, las fotografías que producimos no son de carácter documental, sino artístico: cuando las fotografíamos, el objetivo es que cada pieza destaque al máximo y a su vez, sea reconocible su funcionalidad. En las imágenes, muy cuidadas y estéticas, tratamos de potenciar los volúmenes y las texturas a través del uso de la luz, la ambientación, la composición, el encuadre, etc…

 

PAIN - pieza de arte

 

ATEMPORALIDAD E IMPERMANENCIA

Es habitual en el arte, que el material utilizado nos de pistas de la época en que la obra fue creada, es decir, los artistas contemporáneos acostumbran a hacer uso del plástico, la fibra de vidrio y otros materiales sintéticos que en la antigüedad no existían. Sin embargo, la apuesta por el uso de una materia natural y orgánica nos expulsa de la linea temporal, colocándonos en un espacio-tiempo alternativo y discontinuo.

Aunque podríamos poner el foco en el uso de material orgánico y biodegradable como extensión de la defensa medioambiental que empezó a verse en el mundo del arte en la década de los 60, el interés que tenemos por este tiene todavía más que ver con el hecho de que se trata de un material efímero.

Durante el confinamiento, momento el que se gestó este proyecto, la sensación de impermanencia se exacerbó en la sociedad como conjunto, ante una crisis colectiva que en las versiones más alarmistas profetizaban —al más puro estilo de la ciencia ficción— que la pandemia podría poner en jaque nuestra superviviencia como especie. Ante un escenario de incertidumbre sanitaria, social y económica global con pocos precedentes históricos, nos pareció interesante en la fase inicial y como punto de partida del proyecto, centrarnos en la creación de objetos impermanentes escultóricos, cuya fugacidad en el tiempo, pudiese ser equiparable a la nuestra como seres individuales en este incierto nuevo paradigma.

EXPERIMENTACIÓN Y CONSERVACIÓN

Aunque en principio buscamos la supervivencia optima de las piezas creadas a través de fotografías que producimos, la propuesta por parte de un comisario de poner a la venta algunos de los objetos como parte de un proyecto de arte y artesanía, y teniendo en cuenta los posibles fines expositivos futuros de nuestra obra, nos interesamos por la investigación de un posible método de conservación a medio plazo de los objetos hechos de pan. Una tarea que no es sencilla pues las esporas de los hongos atacan con facilidad, especialmente en condiciones de humedad y las piezas han de ser desechadas rápidamente. Por ello, una de las fases de la residencia sería la de experimentar para conseguir un método de conservación del pan ante la dificultad de preservar la materia orgánica para prolongar su vida util.

THIS IS NOT FOOD ART

Las piezas que hemos desarrollado hasta hoy no pueden calificarse de ‘food art’, pues a pesar de que aparentemente se encuentran en la frontera o intersección entre arte y comida, no solo no son comestibles, sino que la harina es para nosotras un material de elección con un propósito experimental y conceptual, pero que en ningún caso determina su fin último, ni lo pretende encerrar la obra en la esfera de lo culinario.